«Antes que cualquier otra cosa, estar preparado es el secreto del éxito», dijo Henry Ford. Muchas veces se escucha decir: «El gol de ellos pronto trastocó nuestra estrategia». ¿No tenían un plan B, menos un C? Se reacciona tardíamente, y se buscan soluciones durante el transcurso mismo del encuentro.
Se necesita adoptar una actitud proactiva, y entrenar y practicar
posibles escenarios cambiantes que un partido de fútbol puede deparar. ¡Es
imprescindible!
¿Alguna vez practicaste o jugaste un partido amistoso en la
semana con 10 jugadores contra 11 del rival? ¿Cómo vas a hacer cuando esta
situación suceda en un partido oficial? Imagínate que necesitas ganar por tres
goles de diferencia para pasar a la siguiente ronda del campeonato, ¿vas a practicar
como haces habitualmente o pararás un equipo en la cancha acorde a esta
situación? ¡Actúa, hoy es el momento!
En el fútbol, como en el ajedrez, hay que pensar y analizar las jugadas por adelantado, para tener un plan A, un plan B e incluso un plan C. Valorar con calma las acciones antes de ponerlas en práctica y estar preparado, previendo las distintas opciones del rival…
(Director
técnico Rafa Benítez, en la revista El Gráfico, enero de 2012.)
El director técnico paró varios sistemas tácticos durante la
semana, el que más probó no es el que llevó a la práctica en el partido.
¿Por qué?
·
No le
encuentra la vuelta al plantel.
·
Quiere
innovar, lo cual es válido siempre y cuando haya preparación.
·
Planifica variantes de acuerdo a las circunstancias que el partido pueda ofrecer. No existe la improvisación
como un fin en sí mismo, sino como algo a utilizar si no queda más remedio (último
minuto, centro al área, gol de cabeza
del arquero).
Dice el campeón olímpico Jesse Owens:
Hay algo que le
puede ocurrir a cualquier atleta, a todo ser humano, es el instinto de aflojar,
de ceder ante el dolor, de dar menos que lo mejor de uno… El instinto de
esperar ganar por medio de la suerte o cuando tu oponente no da lo mejor de sí,
en vez de alcanzar y superar tu límite, que es donde siempre se encuentra la
victoria. Eliminar esos instintos negativos que afloran para derrotarnos es la
diferencia entre ganar y perder, y enfrentamos esa batalla todos los días de
nuestra vida.
Con las TIC es posible tener
información estadística relevante de cada jugador. Por ejemplo, los pases
ejecutados correctamente, los tiros a meta, la posesión del balón, los kilómetros
recorridos, etc. Esta información puede ser entregada al término de cada
partido a todos los integrantes del equipo.
«La forma más segura para
saber lo bien que he jugado es ver cuánto he hecho para que mis compañeros
hayan jugado bien», dice Bill Russell. De esta manera cada uno tendrá una
visión de su actuación y podrá comprobar sus progresos en el tiempo y
fundamentalmente determinar en qué aspectos ha mejorado notoriamente y en
cuales aún debe superarse. Esto conlleva una carga extra de motivación al ver
reflejado cuantitativamente sus logros.
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